miércoles, 7 de enero de 2015

¿Quién pone los nombres a las cosas?

Cuando Dios creó el mundo puso nombre a todas las cosas: al mar le llamó mar, al humo le llamó humo, al león le llamó león, y así con todo. Gracias a su infinita sabiduría acertó con todos los nombres. Pero cuando después el hombre intentó hacer lo mismo empezaron los problemas. Algunas veces acertó, otras se acercó al nombre adecuado, pero otras metió la pata hasta el fondo. (Esto no es el Génesis, sino una interpretación propia).

Vamos a revisar algunos casos que se me ocurren.

Cita previa

Si necesitas ir a la consulta del médico de familia o al especialista, el sistema sanitario te indicará que pidas una 'cita previa'. La misma expresión se usa en diversos organismos de la administración española. Las dos acepciones que da el Diccionario de la Lengua Española para la palabra cita son:
  1. f. Señalamiento, asignación de día, hora y lugar para verse y hablarse dos o más personas.
  2. f. Reunión o encuentro entre dos o más personas, previamente acordado.
 La primera acepción se refiere al procedimiento o acuerdo para verse dos personas más adelante, y la segunda se refiere a la propia reunión, consecuencia del acuerdo previo. Parece claro que hay un acto antes (el acuerdo) y un acto después (la reunión); en ningún caso son dos actos simultáneos o el acuerdo posterior a la reunión. Esto es lo que todo el mundo entiende cuando se habla de cita.

¿Entonces, por qué se dice 'Cita previa'? Yo no encuentro motivo para insistir en una característica que es inherente a toda cita.

Constantes vitales

Cuando se dice "tomar las constantes vitales" nos estamos refiriendo a medir las magnitudes básicas que reflejan el estado vital de una persona: frecuencia cardíaca, tensión arterial, temperatura y frecuencia respiratoria. A estas magnitudes básicas se añaden otras adicionales según la orientación del examen: reflejo pupilar, espirometría, glucosa, color de la piel, etc.

La pregunta es: ¿por qué se miden unas magnitudes que llamamos constantes? Si son constantes no haría falta medirlas, pues serían las mismas de por vida, incluso para toda la Humanidad. Si las medimos es porque son variables, y su variación está relacionada con la salud de una persona en un momento concreto.

Deberíamos acostumbrarnos a utilizar la expresión correcta: signos vitales. Signo clínico es un fenómeno objetivo que el profesional médico puede observar en un examen físico, en ocasiones utilizando un instrumento de medida.

SEPE

Si un organismo se llama Servicio Público de Empleo Estatal y el acrónimo o sigla es SEPE, algo no funciona. Las letras que forman el acrónimo son las iniciales de cada palabra, en su mismo orden. En nuestro caso, el acrónimo debe ser SPEE. ¿Que es más feo y se pronuncia peor? Pues sí.

La solución es haberle puesto otro nombre. Porque 'Servicio Público de Empleo Estatal' tampoco es una joya en el mundo de los nombres oficiales. Admitamos que es un Servicio; por supuesto es 'Público'. Pero no me parece que sea 'de Empleo Estatal'. Empleo Estatal es el de los trabajadores del Estado, sean funcionarios o no. El empleo que proporcionan las empresas es 'Empleo Privado'. Que el SEPE es un organismo autónomo adscrito al Ministerio de Empleo y Seguridad Social y por eso lo llamamos 'Estatal', pues mal hecho por identificar Estado con Administración Central.

La confusión proviene de que el Sistema Nacional de Empleo está formado por el SEPE y los organismos de las Comunidades Autónomas, que se denominan Servicios Públicos de Empleo. Y para diferenciar se pone el adjetivo 'Estatal', y ya está. La imaginación no sobra.

Por otro lado, como nadie sabe que existe el Sistema Nacional de Empleo, ni el reparto de funciones entre el SEPE y los SEP de las Comunidades Autónomas, las noticias y los comentaristas de los medios de comunicación recurren a denominarlo todo como 'el antiguo INEM'. Y ahora todos nos enteramos. Objetivo cumplido.

Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples

Es el indicador utilizado en España para la asignación de ayudas, becas y subsidios a los ciudadanos y a las familias, por ejemplo tiene que ver con el límite de ingresos para acceder a una Vivienda de Protección Pública. Con este objetivo substituyó el 1 de julio de 2004 al Salario Mínimo Interprofesional (SMI), que se mantiene únicamente para efectos laborales. La utilidad y la conveniencia de separar estos indicadores quedan fuera de este comentario. En esta página puede verse la evolución de ambos valores en los últimos años.

Pero si a una persona normal le decimos el nombre de Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples, o se lo reducimos a su acrónimo IPREM, responderá ¿Mande? El resultado es que nadie habla de él; los programas de los partidos políticos hablan de aumentar el SMI, pero no se molestan en hablar del IPREM.

Parecería lógico que cuando una persona de cultura media oye un nombre o expresión pudiera entender de qué se trata, aunque sea superficialmente, sin necesidad de mayor explicación. Así ocurre con el Salario Mínimo Interprofesional, pero no para el Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples. De nuevo han dejado poner un nombre a la persona menos indicada.



Tarifas de la luz


Los encargados de poner nombre a las tarifas de la energía eléctrica deben haber agotado su imaginación, o todo lo contrario. Desde 2009 a 2014 estuvo vigente en España la "Tarifa de Último Recurso", que debía ser ofrecida por las compañías "comercializadoras de último recurso".

Como en sólo 5 años los clientes fueron incapaces de entender lo que era el último recurso, aparte de lo de pegarse un tiro en la sien, en 2014 se implantó el "Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor", en el que voluntario no quiere decir lo que se supone, pues la voluntad del pequeño consumidor, y del grande también, sería no pagar nada. Para que se vea que es poco voluntario, el precio del kWh en cada hora del día de cada día es fijado el día anterior por Red Eléctrica de España (sociedad anónima, cuyo 20% es propiedad del Estado y el resto cotiza en Bolsa)..

Para complicarlo más, Iberdrola (y seguramente otras compañías eléctricas) en la página de explicación de la factura de la luz en su web tiene una pestaña que dice "Iberdrola Comercializador de Último Recurso. Si eres cliente con Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor (PVPC) en tu factura aparecerá Iberdrola Comercializador de Referencia." Claro que la otra pestaña dice "Clientes Iberdrola. Si eres cliente del mercado libre en tu factura aparecerá Iberdrola Clientes, S.A.U.", que tampoco aclara mucho más.
Dejo al lector que imagine lo que hay detrás del concepto de "Peaje de acceso".

Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación

Palacio de Santa Cruz. Antigua Cárcel de Corte. Actual Ministerio de Asuntos ExterioresComo explica la web del Ministerio,  la función de relacciones exteriores de España con las demás naciones se formalizó en 1714 por el rey Felipe V, que creó la figura del Secretario de Estado que incluía entre sus funciones la coordinación de las relaciones exteriores. El primer Secretario de Estado fue el marqués de Grimaldo. En 1833, bajo el reinado de Fernando VI, el Secretario de Estado pasó a denominarse Ministro de Estado, cuyo primer titular fue Francisco de Cea Bermúdez. Después de la guerra civil, este ministerio pasó a llamarse Ministerio de Asuntos Exteriores. Como el nombre parecía largo, frecuentemente se abreviaba como Ministerio de AA. EE.

Pues bien, a alguien se le ocurrio cambiarle el nombre en 2004 y llamarle Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación, como si la cooperación no estuviera englobada en los asuntos exteriores. El cambio de nombre tiene muchas consecuencias prácticas negativas, agravadas porque al tener España relaciones diplomáticas y consulares con la práctica totalidad de los estados del planeta, se convierte en el ministerio de mayor dispersión de la Administración. Pensemos en las leyendas en la entrada de cada edificio y en todos los documentos preimpresos (cartas, formularios,...) que hay que modificar, en todos los interlocutores nacionales y extranjeros que deben cambiar el nombre del destinatario,... ¿Es que no tenemos otro destino más productivo para ese tiempo y dinero gastados 'inútilmente'?

Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía

Museo Reina Sofía
¿No había otro nombre más corto? Claro, en su propia web muchas veces lo reducen a Museo Reina Sofía e incluso a su sigla: MNCARS. Al final la gente, que es más práctica e inteligente termina diciendo simplemente "el Reina Sofía".

Podemos imaginar que "Centro de Arte" significa cosas distintas que "Museo Nacional", por lo que añadirlo aporta algo. Pero, ¿merece la pena por la complicación que introduce? ¿Es que otros museos no son también Centro de Arte, sin decirlo?




Los nombres de las calles

Los nombres de las vías urbanas (calles, avenidas, plazas,...) suelen homenajear o recordar a personajes públicos, ciudades, lugares, etc. En el callejero de Madrid puede encontrarse el nombre de casi cualquier población de España; por ejemplo hay dos vías dedicadas a Barcelona: una pequeña calle cerca de la Puerta del Sol (calle de Barcelona) y una avenida que comienza en la estación de Atocha y llega hasta el Puente de Vallecas (avenida de la Ciudad de Barcelona). No es extraño que no haya una calle de Madrid.

Sí hay una avenida de la Capital de España - Madrid, por si alguno de los que la usan han olvidado algo tan sabido por casi todos. ¿No era suficiente con llamarla 'Avenida de Madrid'? ¿Era necesaario alargar el nombre para que no hubiera ninguna duda de a qué ciudad se refería y no se confundiera con otras homónimas en EE.UU., Colombia o Filipinas?


No es el caso de nombre más largo de una vía pública: esta avenida comienza en una plaza llamada glorieta de S.A.R. Don Juan de Borbón y Battenberg. Menos mal que no han puesto sus restantes nombres de pila (Carlos Teresa Silverio Alfonso) ni su título (conde de Barcelona). Nombre largo e inútil, pues esta glorieta no tiene números ni entidades públicas o privadas a las que enviar correos ni otras comunicaciones. Cuando se inauguró el monumento a su titular, situado en el centro, se instaló una placa informativa en una esquina. Los años, los arbustos y la dejadez de los responsables han hecho que la placa esté oculta, como muestra la fotografía adjunta.

Todo lo contrario ocurre con la calle de la Princesa, cuyo escueto nombre nos dificulta saber a quién está dedicada. Ya sabemos que los hijos de los reyes de España no tienen el título de príncipes o princesas, sino de infantes o infantas desde su nacimiento. Únicamente el heredero pasa a ser Príncipe (o Princesa) de Asturias al ser nombrado, y sus hijos pasan a ser infantes. Todos ellos, principe e infantes, tienen el tratamiento de Alteza Real.


Inauguración del Hospital de la Princesa, Madrid 1857
Con estos antecedentes podríamos equivocarnos y pensar que la princesa era la futura reina Isabel II, pero se trata de su hija primogénita Isabel de Borbón y Borbón, muy querida en Madrid y conocida popularmente por 'La chata'. Al ser la primogénita fue Princesa de Asturias desde su nacimiento en 1851 hasta el de su hermano, el futuro Alfonso XII en 1857. También fue Princesa de Asturias desde la coronación de Alfonso XII en 1874 hasta el nacimiento de la hija de éste, María de las Mercedes en 1880.

Relacionado con Isabel de Borbón y Borbón está la creación y el nombre del Hospital de la Princesa, mandado construir por Isabel II como agradecimiento por haber salido ilesas de un atentado cuando iba a presentar a la princesa de Asturias a la Basílica de Atocha al mes y medio de su nacimiento, como era tradición en la monarquía española.

Salud Madrid - Madrid Salud

Dentro del 'reparto' de competencias en sanidad entre las distintas administraciones públicas nos encontramos con dos organismos en Madrid: la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid (a través de su marca Salud Madrid) y el Ayuntamiento de Madrid (a través de su organismo autónomo Madrid Salud). Si dentro de una hora me preguntan cuál es cuál ya se me habrá olvidado.

No sé quién puso su nombre antes, aunque me lo imagino, pero el que lo puso después "se lo curró". Y le pagarían por hacerlo. ¿Es que no hay multitud de nombres y de marcas para encontrar otra que se diferencie lo suficiente como para que el sufrido ciudadano se aclare?


¿O es que nadie se dió cuenta de que el nombre propuesto era muy parecido a uno ya existente en el mismo ámbito?

Lo curioso es que ambas marcas están registradas en la Oficina Española de Patentes y Marcas:
  • Salud Madrid, expediente M 2794898, concedida el 12/3/2008 (publicado el 16/4/2008)
  • Madrid Salud, expediente M 2668583, concedida el 22/2/2006 (publicado en 16/3/2006)

Ingeniería financiera

Se suele aplicar esta expresión para indicar un conjunto de actuaciones contables y financieras que permiten a las empresas o a los particulares obtener un resultado que por vías directas serían ilegales. Una explicación más técnica y detallada puede verse en la Wikipedia, que evita el sentido peyorativo de la expresión. Incluso hay titulaciones oficiales de Ingeniería Financiera en distintas universidades de EE.UU., donde los titulados no son acreditados por la Accreditation Board for Engineering and Technology (ABET), sino por la International Association of Financial Engineers. También la UNED ofrece un Curso de Experto Profesional en "Ingeniería Financiera y Contratación Mercantil". En todos estos casos el contenido de la formación y el objetivo de los estudios no tienen nada que ver con el uso habitual de la expresión.

Si hacemos caso de la definición del Diccionario de la Real Academia, Ingeniería es "Estudio y aplicación, por especialistas, de las diversas ramas de la tecnología". Ni de esta definición ni del contenido del artículo Ingeniería de la Wikipedia puede extraerse el concepto de Ingeniería Financiera. Más bien parece una deriviación del fenómeno que hace unos años llevó a ciertas disciplinas, como la Economía, la Política, la Sociología, etc. a anteponer la palabra "Ciencias", como si por ello adquirieran mayor importancia y seriedad, especialmente si se revestían de fórmulas matemáticas, gráficos o estadísticas.

Personalmente propongo que se abandone este término y se utilice algún otro, como Jardinería Financiera, Diseño Financiero o Artes Financieras, que expresan el uso de la imaginación, la creatividad, etc. para la consecución de resultados sorprendentes y fuera del alcance de la gente vulgar.

Boca de incendios

El diccionario de la Real Academia Española de la Lengua no incluye este término, como sí hace con "boca de riego". Si por esta segunda sale el riego, por la primera ¿saldrá fuego? Para evitar este pequeño juego de palabras bastaría llamarla "boca contra incendios". La expresión especializada "boca de incendios equipada" podría llamarse "boca de extinción de incendios", y variando ligeramente el acrónimo: de BIE a BEI.


Posdata

Aunque no sea un nombre mal puesto, no puedo terminar sin recordar la frase con que se terminan las noticias de las grandes operaciones policiales: "La operación sigue abierta y no se descartan nuevas detenciones". El lector puede comprobarlo buscando esta frese literal con Google seleccionando diversos periodos de tiempo. Vamos a ver: la policía desmantela una red de pederastas y detiene a 87 personas en cinco provincias, incluyendo un informático, un profesor de Filosofía, un fontanero, un cura y un concejal de un pueblo de Burgos. ¿Hay algún motivo para no seguir buscando y deteniendo a más personas implicadas? Tal vez sí lo haya dentro de dos semanas, pero no el primer día de las detenciones. O es que hay operaciones en las que se dice: hoy ya hemos detenido a bastantes, cerramos la operación y a los demás los dejamos libres. Mal está que los cuerpos policiales utilicen esa muletilla, pero los medios de comunicación deberían ahorrársela a los lectores, oyentes y teleespectadores.

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